CERRO DE LAS TRES CRUCES
jueves, 17 de mayo de 2012
REFLEXION SOBRE EL CERRO DE LAS TRES CRUCES
El
Cerro de las Tres Cruces (Belén) tiene
un muy buen privilegio y una gran ventaja por una parte, pues todavía se puede
catalogar “espacio público” puesto que no ha sido privatizado por el gobierno
como ya ha pasado con varios lugares en la Ciudad de Medellín. No obstante
citando a Borja “La desigualdad social y la debilidad de pautas culturales
generan tensión entre seguridad y libertad” entonces si se privatiza el sitio
habrá mas seguridad que es un “derecho democrático fundamental” pero esto
traería menos libertad que
conlleva
a que la “máxima seguridad elimine la libertad”, la libertad con que se sienten
las personas que visitan el cerro ya sea para hacer deporte o para pasar un
buen rato en familia pero “la máxima libertad podría aumentar la sensación de inseguridad”,
y con esto también podría haber menos personas visitándolo pues seria un
terreno que esta expuesto a robos.
Cuando hablamos de un parque, un cerro o de
un lugar turístico se podría sobrentender que es un espacio público donde debe
de haber “justicia urbana”, y una sociedad igualitaria donde socialicen los
unos con otros sin ninguna discriminación, lamentablemente estamos en la era de
“la privatización del espacio publico que puede significar en esta cultura una
negación de la ciudadanía y convertirse en un factor de ruptura del entramado
social”, y en esta nueva era son muy pocos los espacios públicos, y dentro del
grupo de estos pocos, hay un subgrupo que refleja actos vandálicos que se
refleja en algunos momentos en el cerro, mas que todo los días en semana;
haciendo que este lugar turístico pierda fuerza ante la sociedad ya sea porque
su infraestructura no es llamativa, por la poca estética que ha de tener o por
su escaso reconocimiento por las personas que ni siquiera saben que es.
El Cerro de las Tres Cruces no ha logrado ser
tan llamativo porque el sitio no ha tenido un buen reconocimiento pero nosotros
como personas que si lo conocemos podemos hacer que este sitio sea conocido por
los ciudadanos de Medellín, para que estos lugares no sean suprimidos por las
grandes obras que en la actualidad se ven…Y que el gobierno se concientice de
que no solo practicando un “higienismo social” los problemas socioeconómicos
van a minimizar los peligros de los espacios públicos, porque son estos últimos
los que excluyen a vario tipo de personas.
Tengamos en cuenta, como lo cita Borja, ya
sabiendo que el cerro es un espacio publico que “ El espacio publico es una
conquista democrática, la conquista implica iniciativa, conflicto y riesgo pero también legitimidad, fuerza acomulada,
alianzas y negociación”
Finalmente, cabe resaltar la frase de el
documento “Espacio publico- Espacio político” de J. Borja que dice que: “El urbanismo no puede renunciar a
contribuir a hacer efectivo el derecho a la seguridad en la ciudad, es decir,
el derecho a los espacios públicos protectores. Pero para todos. Sin
exclusiones.”
miércoles, 16 de mayo de 2012
Muestra de la imprudencia y falta de tolerancia de las personas por no haber basureros.
Don juan gutierrez quien visita el cerro dos días ala semana... esta es una de las actividades que se realizan el en cerro.
Construcciones que se roban el terreno verde del sitio, quien le quitan el protagonismo al cerro.
Esta es la cima del cerro , como se puede observar las familias disfrutan mucho de este lugar tan tranquilo.
UN CERRO QUE TIENE HISTORIA
Juan Sebastián, hijo
de Carlos Vélez tenia como destino todos los domingos en la mañana ir al cerro
de las tres cruces, a vender naranjas ; el padre de Juan no le presto mucha
atención, pero siempre le pareció gratificante que su hijo pudiera valerse
económicamente por si solo, pues en este trabajo le iba muy bien, hasta las
personas le pedían que llevara mas productos, principalmente le pedían
refrescos pues subir la loma era algo agotador... Y fue así como a Don Carlos
le surgió la idea de crear un negocio allí.
Él tiene 49 años, 17 de ellos lleva en el Cerro, vendiendo refrescos y “mecatico de todo tipo” como él dice. La tienda esta en la cima cerca de donde están las tres cruces que le hace alusión al nombre del cerro.
-Los días donde mejor me va son los domingos claro que no falta la gente que sube los días de semana y ahí se hace alguito.
El cerro para él es como su segunda casa, y por eso llega a sentir tristeza y rechazo de algunas personas que suben solo a fumar, dañando de esa manera el ambiente tranquilo y sano que el sitio debe tener. Y así como esa clase de personas no le gustan, también hay otras personas que son de su total agrado que van en familia ya sea por salud, por mantenerse en forma, para practicar deporte, o también los que suben por cumplir promesas, penitencias a Dios o a la Virgen, este tipo de personas van mas seguido es en semana santa.
Don Carlos, un señor trigueño y de contextura normal, un poco menos tranquilo da a saber que le preocupa, igual que a varias personas que viven cerca del cerro o que van allá desde hace algún tiempo, las construcciones que se roban el terreno verde del sitio, la falta de seguridad que hace que hallan robos, mas que todo en semana cuando hay mas poca gente subiendo.
Transcurre media hora
y él cuenta la historia que le ha parecido mas particular -Un señor que viene
mucho me comentaba que tiene un amigo que era alcohólico y el un día lo invito a subir, y le quedo
gustando así que sube frecuentemente,
me
conto que el amigo ahora es una persona sobria y no se toma ni un trago –con una sonrisa, afirma- este
cerro le devuelve la vida a uno al igual que el ejercicio.
Para Carlos Vélez el cerro tiene historia y él hace ya
parte de ella después de estar tanto tiempo en ese mismo lugar, como también
hace parte la gente que lleva mas de treinta años subiendo a el cerro.
martes, 15 de mayo de 2012
EL PEDAZO DE BELÉN , QUE TODOS DEBERÍAN VISITAR
Don Juan Gutiérrez un paisa de pura cepa que ha vivido toda la vida en la ciudad de la eterna primavera, dos días a la semana hace que su rutina sea diferente ya sea por salud o por encanto, él hay veces visita el cerro solo o acompañado por su perro, o con un amigo del barrio que comparte su misma afinidad por el deporte y haciendo mas ameno el recorrido, caminan el Cerro de las Tres Cruces ubicado en Medellín, mas exactamente en la loma de Los Bernal en el barrio Belén.
Siendo ya un señor de edad, camina sagradamente el cerro porque es un espacio diferente donde el se puede relajar y olvidar el estrés de la vida diaria que ocurre cuando alguien vive en una Ciudad, la naturaleza lo alivia y aun mas la vista panorámica; sin embargo, a Don Juan le ha disgustado del cerro un grupo de jóvenes que llega a el sitio no a disfrutar sanamente, si no lo contrario, pues van a fumar diferentes sustancias alucinógenas, u otros grupos que van a hacer fogatas dañando la naturaleza... siendo para él, estas dos la mayor problemática porque este tipo de personas no se concientiza y no se apropian del espacio a pesar de que es ya patrimonio cultural. Respira, se para y nos mira y dice que para solucionar esta problemática debe de haber mas vigilancia, ya sea con policías o con personas vinculadas a las empresas del cuidado al ambiente.
"Juanchito" como lo llaman sus mas cercanos amigos recuerda mucho la primer vez que visito el cerro, porque también era la primera vez que habitaba en el barrio Belén ya que todo su vida la había pasado en Campo Valdés, en el centro de la ciudad. Empezó a conocer personas, a entablar muy buenas relaciones, relaciones que aun conserva. Recuerda mucho a Javier Gonzales un viejo amigo que lo invito a caminar a el Cerro, la primera vez le pareció algo aburridor, luego al tener tanto tiempo libre y mas aun siendo pensionado comenzó a ir mas seguido de esta manera cogiéndole amor, y una gran pertenencia a el lugar.
Si no existiera el Cerro de las Tres Cruces, Don Juan no sabría que hacer con su tiempo libre, y si por alguna razón dejara de existir, el trataría de buscar otro lugar, eso si, muy parecido, en el que pueda hacer lo mismo que hace, o sea, montar bicicleta, trotar y caminar. Claro que hay veces él también se va por otro sendero que posibilita ir en carro o hay veces lo deja en los Bernal y de ahí comienza a trotar o caminar hasta arriba y compra en la tienda que esta en la parte mas empinada refresco, claro esta, que si no lleva el tarro de agua desde su casa, también hace estiramiento para que después no quede tan molido.
Ya lleva casi 2 años llendo al cerro, y esta rutina la piensa llevar si Dios lo permite por mucho tiempo más, porque le ayuda a sentirse bien física y mentalmente.
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